Este sitio utiliza cookies.

Si sigue navegando, usted acepta su uso.

Acepto

 

El consistorio ha esparcido cerca de 45.000 kg de sal en los 11 días que ha tenido activo su plan de emergencia y ha contado con más de 25 personas activas.

Una vez más, el agradecimiento a todos los voluntarios es unánime y ha sido clave para cumplir con todos los objetivos del plan.

El Ayuntamiento de Mota del Cuervo ha dado por terminado su plan de emergencia activado ante la llegada de la borrasca Filomena y que, después, ha tenido que mantenerse debido a las extraordinarias heladas que el municipio ha sufrido durante la última semana y que ha complicado la ya difícil actuación ante Filomena.

De esta manera, desde el consistorio han comenzado por destacar que se han cumplido todos los objetivos de dicho plan, desde los prioritarios que incluían las comunicaciones, accesos al municipio, accesibilidad al centro de salud y mantenimiento de vías abiertas a las residencias, como los secundarios que, básicamente, giraban en torno al mantenimiento del tránsito por las vías del municipio y la apertura de servicios.

En este punto hay que hacer especial hincapié porque el tremendo esfuerzo de trabajadores y voluntarios, que incluían agricultores, ganaderos, maquinistas, autónomos, empresas, etc… han conseguido que Mota pudiera abrir sus colegios desde el día indicado por la Consejería, a pesar de encontrarse en una zona muy afectada por las nevadas. Igual ha sucedido con otros servicios como Escuelas Deportivas, CDIAT o Universidad Popular que arrancaban durante la semana.

De igual forma, debe ponerse en relieve la función del coche 4x4 cedido al centro médico de Mota del Cuervo que ha servido para no quedarse ni un minuto sin capacidad de actuación ni en Mota ni en su comarca. Además, Protección Civil de la localidad intervino para poder trasladar a diálisis a enfermos de Mota del Cuervo y de otros municipios como El Provencio.

Es destacable también que Mota no ha perdido ni un día de mercado, ya que durante mañana y tarde se trabajó para tener habilitada la zona destinada a este servicio cuyos vendedores, como es conocido, ya han tenido un año bastante complicado.

En números la borrasca Filomena deja más de 45 toneladas de sal esparcidas por las calles, colegios o campo de fútbol de la localidad; hasta 25 personas activas en un mismo momento entre trabajadores y voluntarios; un esfuerzo laboral titánico con trabajadores del servicio de obras trabajando durante toda una semana mañana y tarde; más de cien horas de máquinas privadas –motoniveladoras y mixtas- más la maquinaria de agricultores y ganaderos o la colaboración de las BRIF de Cuenca el domingo 17 de enero; etc…

Además, también deja cuantiosos daños (que están siendo valorados para incluirse en las peticiones de “zona catastrófica”) entre los que se incluyen caminos, tuberías y contadores más daños en edificios privados con las caídas de tejados o en la propia agricultura como con la recogida de la aceituna.

 

 

 

 

SÍGUENOS